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sábado, 6 de diciembre de 2008

Dossier Templario Masónico Secreto 1º

Dossier Templario Masónico Secreto

Vamos a dar algunas citas de Dossier Secreto. Los autores abren ciertas perspectivas sobre el papel que las rivalidades financieras del capitalismo hubieran podido tener en la destrucción de la Orden del Templo. “Los Templarios eran, bajo ciertos puntos de vista, una especie de rivales de los banqueros italianos, que no los veían con muy buenos ojos. En efecto, la Orden, siendo una potencia soberana, se trataba de tu a tu con los príncipes, y las transacciones que hubieron con el Templo siempre tenían un buen fin, mientras que los tratos con los banqueros italianos estaban a la merced de una orden real, trabando el negocio de los Lombardos...

Durante la séptima Cruzada, Luis XI les había pedido mucho dinero y, después de su vuelta, mediante sus intermediarios, despacho los fondos en Tierra Santa... Por tanto, bajo Philippe le Bel, el favor de la Orden sufrió un eclipse, pues el rey tomó, como consejeros, a financieros de Bancos italianos... En ningún momento hubo ningún comentario respecto a la honestidad de los caballeros; más bien al contrario, su firma era a veces solicitada como señal de garantía...

A lo largo del proceso, no será reprochada al Gran Maestro, Jaques de Molay, no al Tesorero de la Orden, Jean de Tour, una malversación en la administración de los últimos reyes... Los escándalos financieros no se encuentran en el origen del proceso, cuyas verdaderas razones quedan siempre en el misterio (pgs. 152 y 153) Recordemos que la Orden de Citeaux, fundada por San Roberto, reconocía como demás fundadores a los Santos Abéric, Étienne Harding y Bernardo. Estos dos últimos dirigieron el concilio de Troyes, donde se creó la Orden del Templo, y fue San Barnardo quien le dio su reglamento. Cf. Kurt, La Iglesia en torno a la Historia, pgs. 83-84. ¿No será en el siglo XIV que la Iglesia romana dejó de excomulgar a aquellos de sus hijos que practicaban la “usura”, es decir, el prestar con intereses? Sabemos las consecuencias que la libertad así acordada, debía tener en la evolución del mundo occidental.

Esta primera ”degeneración de la moneda” supuso claramente el principio del “reino de Mammon”, según la expresión relacionada más arriba, y tomada de ciertos autores eclesiásticos particularmente clarevidentes. Sabemos también cuanto la fiscalidad de los papas de Avignón, y notablemente de Juan XXII, ha Esta última frase, evidentemente, tendrá para los Masones guenonianos, una resonancia muy distinta a la que puedan tener los miembros restantes. Éstos, sin embargo, aportaron ciertas precisiones que podrían introducirse en la vía de la solución del misterio: “Es cierto que la rivalidad entre ciertas Órdenes de Caballería, fue debida en gran parte al fracaso de ciertas cruzadas y a la pérdida definitiva de las colonias francas de Oriente latino.

Los bienes del Templo, después de varios años de dudas al respecto, fueron finalmente puestos a disposición del Papa, quien se los dio a los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, la Orden rival, conocida, hoy en día, bajo la denominación de Caballeros de Malta. Pienso que es aquí donde se encuentra la llave del enigma, y sin que nadie, aun, la haya señalado52. Las dos Órdenes militares tenían idénticas finalidades.

Sus rivalidades venían, en parte, originadas por el fracaso de las Cruzadas, pues podían divisarse en las alianzas y la diplomacia. Terminadas las Cruzadas, las rivalidades seguían. Philippe le Bel, había intentado fundir en una única Orden militar, estas dos milicias, que fueran, a la vez, religiosas y militares.

Los Templarios lo habían rechazado, oponiéndose con orgullo y torpeza. Que los Hospitalarios de San Juan hubieran tratado de perder a sus rivales, llegando a una supresión de la que pensaban aprovecharse materialmente, no tenía nada de chocante. Hubiera sido la fase final de una lucha secular. En cualquier caso, los Hospitalarios no hicieron ningún gesto inclinado a defender a los Templarios, que, ciertamente, no eran peores que ellos (pg. 154).

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