BLOG PRINCIPAL

Buscar este blog

miércoles, 14 de enero de 2009

LA CABALLERÍA ESPIRITUAL Y LOS CENTROS SAGRADOS

Tal vez en esta dirección podamos entender que hacían en 1118 nueve caballeros en Tierra Santa alojados en el palacio real de Balduino II, dentro del antiguo recinto ocupado por las ruinas y restos del templo de Salomón denominado Haram al-Sherif. Al mismo tiempo parecen estar investidos de una autoridad espiritual y temporal que hace que el mismo Balduino II les ceda su palacio y se marche a residir a un nuevo alcázar que ha mandado construir.

La única actividad que realizaron durante sus primeros nueve años fue orar y meditar. Nada se sabe de otras actividades durante ese tiempo. Visto de una forma más tradicional podemos decir que aquí fueron iniciados, consagrados e investidos de sus funciones. Diversos centros sagrados están repartidos por el mundo, teniendo una constitución análoga son la imagen del "Centro Supremo", aunque se adaptan y mimetizan a los tiempos y lugares donde opera la Tradición.

El acceso a estos centros sagrados está prohibido al mundo profano y a todos aquellos que no poseen cualificaciones de orden iniciático, los "guardianes" son la corteza exterior y los defensores de estos centros. La función particular de la Orden del Temple en su núcleo iniciático fue la recibir, conservar y transmitir el "sagrado depósito" de la ciudad de Jerusalén. Posiblemente se preveía que este centro sagrado fuese profanado por los "infieles" y el Temple tenía como principal misión protegerlo y trasladarlo a un lugar seguro de Europa. Retomamos las palabras de San Bernardo en su "Elogio a la Nueva Milicia". Dice: " Cumplirá esta profecía de Jeremías: El señor ha rescatado a su pueblo y le ha librado; y ellos vendrán y se regocijarán sobre la montaña de Sión y gozarán con placer de los bienes del Señor. (…). Levántate, repito, y sube sobre las más altas eminencias y mira el consuelo y la alegría que te viene de la parte de tu Dios.

Del lugar santo ha sido enviado este auxilio, y verdaderamente por medio de estas tropas fieles se cumple en tu favor esta antigua promesa, de que habló el profeta Isaías: Estableceré en ti la gloria de todos los siglos pasados y una alegría que durará en las generaciones futuras." (Nueva Milicia, III, 6). La importancia de estos centros sagrados de Oriente Medio esta reflejada en los viajes de diversos iniciados y santos a lo largo de la Edad Media hacia estas ciudades. Pondremos como ejemplo el caso del maestro murciano Ibn Arabí (Murcia 1165, m. Damasco 1240), conocido como "el más grande de los maestros" y referencia clave en la historia del sufismo (tasawwuf). En 1201 emprende un viaje a través de todo el arco sur mediterráneo hacia Oriente Medio que lo llevara hasta El Cairo, Jerusalén y Damasco.

También Ibn Arabí formula la existencia de unos "pilares" sagrados de los cuales parten diferentes vías tradicionales, en su obra "Las iluminaciones" expone: "A cada Pilar (watad) corresponde un ángulo de la Casa: el que depende de Adán corresponde al ángulo sirio; el que depende de Abraham corresponde al ángulo iraquí; el que depende de Jesús corresponde al ángulo yemení y, aquel que depende de Muhammad, al ángulo de la Piedra negra; éste es el mío -alabado sea Dios".

De todo lo que acabamos de exponer se desprende que existe una tradición espiritual e iniciática que se ha ido conservando y transmitiendo a lo largo de los siglos, y esta no ha desaparecido nunca, y en la medida que busquemos como caballeros con humildad y pureza de corazón, así hallaremos. El signo de la búsqueda es siempre confuso e incierto, a veces nos parecemos a las mujeres que se dirigieron de madrugada al sepulcro y no encontraron el cuerpo de Jesús, y sí a dos hombres que se les aparecieron, con vestidos resplandecientes, y les dijeron: "¿ Por qué buscáis entre los muertos al que esta vivo ?" (Lucas 24,5).

No hay comentarios: