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sábado, 7 de febrero de 2009

un sabio vidente y su estudiante

Una vez un sabio vidente y su estudiante estaban caminando por una carretera quieta y larga, costa abajo. De repente, vieron polvo en la distancia. Un carruaje muy fino con seis caballos se acercaba a toda velocidad. Los hombres pronto se dieron cuenta que este carruaje no iba a disminuir la velocidad o desviarse para evitarlos. De hecho, venía hacia ellos a tal velocidad que tuvieron que tirarse afuera de la carretera, cayendo en un hueco. Los dos hombres se pararon lo más rápido posible y miraron el carruaje que se alejaba.
El estudiante quería maldecir, pero no ante el profesor. El vidente gritó hacia los ocupantes del carruaje:
- ¡Qué sus deseos más profundos sean satisfechos!
- ¿¡Qué!? - exclamó el estudiante - ¿Por qué les desearías algo tan bueno a esos hombres? Nos tiraron a un hueco, nos podían haber lastimado.
- Si sus deseos más profundos ya estuvieron satisfechos, ciertamente no nos tratarían como lo hicieron.

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