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miércoles, 18 de marzo de 2009

EMPEZANDO A MEDITAR (REFLEXIONES)‏

Entrando al Mundo del Silencio.-

Meditar es muy sencillo - tan sencillo que se nos complica, pues pensamos que requerimos cursos y cátedras, mucho esfuerzo intelectual - cuando es todo lo contrario.

Estamos programados al éxito, a tener control de todo lo que hacemos - incluso de lo que los otros hacen. Por eso cuando meditamos nos cuesta trabajo descubrir que ese éxito no ocurre instantáneamente - de hecho, no vamos en búsqueda del éxito o del control.

Los tres pasos a seguir:

1. Quietud: Aprender a estar quietos físicamente es también un reto. Cuando iniciamos podremos ver ciertas reacciones de nuestro cuerpo que de cierta forma se rebela. Es como tratar de dormir sin almohada cuando estás acostumbrado a usarla, o dormir en otra cama. El cuerpo entiende que cuando cerramos los ojos eso significa dormir. Y lo que nos puede ocurrir es que o nos dormimos o bien el cuerpo se descontrola - puede pegar un brinco, abrir los ojos, sentirse tenso - porque no es normal estar sentado con la espalda recta y con los ojos cerrados.

2. Silencio: Vivimos, en especial en México, en una sociedad sumamente ruidosa. No podemos estar solos en casa sin tener la TV encendida, o la música. Subimos al auto y encendemos el radio. Nos es normal el ruido. A veces pensamos que si no provocamos ruido, algo anda mal en nosotros. Estar "alegres" significa hacer ruido. De nuevo, aprender a estar en silencio es algo que nos costará trabajo. Pero te aseguro que una vez que lo aprendes, lo disfrutarás en grande.

3. Atención: Cuando el Dalai Lama fue a Montreal por primera vez acompañado por algunos de sus monjes, ellos fueron entrevistados. Parecían niños descubriendo la gran ciudad, estaban impresionados del metro, de las escaleras eléctricas, de la vida moderna en Norte América. Les preguntaron que les había gustado y eso dijeron. Y también les preguntaron que no les había gustado. Dijeron que les extrañaba mucho que cuando la gente se saluda y uno le pregunta al otro que cómo está, jamás espera por la respuesta de su interlocutor. Es decir, no ponemos atención. Saludarnos es solo decir palabras, incluso preguntas por las cuáles no esperamos y no nos importa tener la respuesta. En la meditación vamos educando a la mente a concentrarse primero en la repetición del mantra y de esa atención vamos siendo más atentos a todo lo que sucede en nuestra vida.

Bienvenido al grupo y comienza ya - la meditación no es teoría, sino el regalo más amoroso que te puedes dar.

Lucía

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