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sábado, 18 de abril de 2009

LECCION NO. 26 El poder del silencio

La esencia de la meditación es la quietud y el silencio. El silencio es interno y externo. El
silencio externo es difícil de encontrar en el mundo de hoy en día. Los medios nos
bombardean con trivialidades y distracciones. Erich Fromm lo describe muy bien en su libro
“Psicoanálisis y Religión”.

"Tenemos las más extraordinarias posibilidades en comunicación escrita, radio y
televisión [podríamos también hoy agregar internet] y diariamente nos alimentan con
tonterías que serían ofensivas para la inteligencia de los niños sino fuera porque fueron
amamantados con ellas”.

Estamos rodeados por el ruido y nos hemos acostumbrado tanto a él, que su ausencia nos
parece extraña y desconocida, y por lo tanto incluso amenazadora. Necesitamos encontrar
el valor de crear bolsones de silencio exterior durante nuestro día, durante ellos no
escuchamos la radio, la televisión o música. Se valiente apaga la radio, desconecta el
teléfono y zambúllete en el silencio! Hazlo especialmente durante la hora o la media hora
anterior a tu meditación.

La preparación antes de la oración / meditación es importante. No podemos esperar
sentarnos y meditar, aquietar la mente, si justo antes estuvimos conversando –
acaloradamente o como fuera-, mirando la televisión o escuchando la radio. Necesitamos
instalar un periodo de silencio externo antes de sentarnos.

“Ya que cualquiera fuera lo que nuestra alma estuviera pensando antes del momento de
rezar (meditar) inevitablemente vuelve a nosotros cuando rezamos como resultado del
funcionamiento de la memoria. De aquí que debamos prepararnos antes del momento de la
oración para ser personas orantes que quieran serlo”. (John Cassian)

El primer paso en la meditación es por lo tanto, replegarse activamente en el silencio
abandonando los ruidos externos, abandonando por completo todos los sentidos de la
percepción. “Una mente que no se distrae en cosas externas ni que se dispersa en los
sentidos vuelve a ella misma” (San Basilio)

Al sentarnos quietos y enfocados en nuestro mantra nos permitimos darnos cuenta del
silencio que vive en el Centro de nuestro ser :Este silencio no es sólo una ausencia de
ruidos, una mera ausencia de sonidos, sino una energía creadora, que luego nos permite
volvernos “proactivos” nutridos en nuestros propios impulsos creadores, en vez de
reactivos a los estímulos externos.

El silencio interior crea la conciencia que perdemos en nuestra vida diaria. “El silencio es en
realidad estar completamente atentos a quienes somos y donde estamos y lo que sucede
dentro y fuera nuestro… es estar pacíficamente atentos, no de manera auto conciente, sino
simplemente atentos, concientes” (Laurence Freeman)

Sentarse quietos en silencio es la base de la estabilidad, estar parado sobre suelo firme,
espiritualmente y psicológicamente arraigados. Este es un arraigo que no solamente dura
lo que nuestras sesiones de meditación, sino que se convertirá en una actitud de la mente.
Esto transformará tu vida y te permitirá vivir y actuar permanentemente desde el profundo
núcleo de silencio en el centro de tu ser.

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