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domingo, 17 de mayo de 2009

LECCION NO. 30 Las etapas del viaje (2)

LECCION NO. 30
Las etapas del viaje (2)
Como hemos visto la Meditación nos lleva a tener una mayor conciencia de nuestros
condicionamientos y por tanto al auto conocimiento y finalmente a la libertad
Una forma útil de entrar al silencio es recordar que todos nuestros pensamientos son
pensamientos acerca del pasado o del futuro. Necesitamos abandonar esos pensamientos
y permanecer en el momento presente, pero como todos sabemos por experiencia, es más
fácil decirlo que hacerlo. En la Meditación Cristiana el mantra es nuestra forma de
permanecer en el momento presente, completamente concentrados y concientes.

Recuerdo que años atrás apareció una publicidad para la meditación. En un poster se podía
ver a un gurú indio vestido en forma típica, parado sobre su tabla de surf, en perfecto
equilibrio y montando las olas. Debajo se leía la frase: “No puedes parar las olas, pero
puedes aprender a surfear”. El mantra es nuestra tabla de surf. No puedes suprimir ni
deshacerte de tus pensamientos, estarán allí, como las olas. Acéptalos como la parte tuya
que son y móntalos con destreza. A veces te caes de tu tabla, pero te trepas a ella
nuevamente. Como dice Samuel Becket: “No importa que trates y falles, intenta de nuevo,
entra al silencio".

En esta etapa, cuando entramos al silencio, es importante recordar que nuestro yo
condicionado, el “ego”, no quiere que nos salgamos de su esfera de influencia, quiere
mantenernos en la superficie. Nos anima a identificarnos con esos pensamientos,
emociones, máscaras y roles. No quiere que nos pongamos en contacto con las partes más
profundas de nuestra conciencia, porque ha depositado allí en el primer nivel, todas las
experiencias que amenazaron nuestra supervivencia y no quiere que nos encarguemos de
ninguna de ellas.

Por cierto, necesitamos al ego, el instinto de supervivencia, pero a veces es como un padre
sobre protector, queriendo mantener sus hijos sanos y cercanos, no permitiéndoles
desarrollarse y aprender en forma independiente. Entrar al silencio es, al principio como
abandonar el hogar, para así llegar a nuestro verdadero hogar.

¿Qué hace el ego cuando nos zambullimos en el silencio? Frecuentemente aumenta
nuestros pensamientos. Sin embargo, cuando podemos surfearlos y entrar en el silencio, el
ego nos anima para que abandonemos el mantra. Podemos convencernos que el mantra
acrecienta la paz. Si escuchamos la voz de nuestro ego y abandonamos nuestra tabla de
surf, solo flotamos (o nos hundimos!) en la “pax perniciosa” o el “sagrado flotar”, y así el
ego ha triunfado obstaculizando nuestro progreso. Si esto falla, el ego puede preguntarnos:
“No es aburrido, simplemente repetir una palabra? Qué estafa!” Si después de eso todavía
estamos meditando, podría intentar algo diferente, impulsándonos a preguntarnos: “¿Estoy
seguro que este es el método correcto o el mantra correcto?" Nuevamente el ego se está
asegurando que no vayas a ninguna parte! El único camino es perseverar, es meditar
fielmente a pesar de las distracciones.

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