Francmasonería y la Orden Templaria.
El origen de los grados y ritos masónicos es difícil de establecer, y son muchos y variopintos. Por eso trataremos aquí brevemente los que nos interesan por su posible vinculación con el Temple, y que no siempre son los grados y ritos engalanados con el título de Escocés, ya que casi ninguno de estos tiene que ver con Escocia y ni siquiera en dicho país se practican.
Aunque durante el siglo XVIII ya fueron apareciendo grados superiores - aparte de los tres clásicos del simbolismo masónico de Aprendiz, Compañero y Maestro -, que luego pasarían a formar parte preferente del llamado Escocismo, con la restauración monárquica y la subida al trono inglés de Carlos II la masonería fue poco a poco recuperando sus antiguos cauces, si bien se mantuvieron los grados superiores creados (Maestro Secreto, Perfecto y Elegido).
Un año determinante en la masonería decimonónica, que sin duda marcó un antes y un después, fue el de 1724, en el que el baronet escocés Andrew Mitchell Ramsay, más conocido como Chevalier Ramsay, propuso a la Gran Logia de Inglaterra un sistema que comprendía la adopción de tres grados superiores: Escocés, Novicio y Caballero del Templo. Esta propuesta, que buscaba en el Temple raíces prestigiosas para la francmasonería, fue rechazada por la Gran Logia inglesa, mas sin embargo tuvo gran acogida en Francia. Estos grados fueron los precursores de la gran cantidad de sistemas de toda índole que fueron apareciendo después. La reforma de Ramsay al parecer sólo tenía por objeto la restauración de los Estuardo, o el fortalecimiento del catolicismo en Inglaterra.
En 1755, el conde de Clermont y príncipe de sangre real, Luis de Borbón-Condé (que por cierto consta como Gran Maestre del Temple en la Carta de Larmenius a partir de 1741), sustituye al duque de Antin como Gran Maestre de la masónica Gran Logia de Francia. En ese momento Luis de Borbón gobierna en París una logia de tan significativo nombre como Saint-Jean-de-Jerusalem. Posteriormente firma unos Estatutos que servirán de reglamento para todas las logias del reino de Francia, en los que se reconoce el nuevo grado de Maestro Escocés. Estos Estatutos precisan además que sólo los Maestros de logia y los Maestros Escoceses tendrán en adelante el privilegio de permanecer cubiertos en el interior de la logia. No obstante, los Maestros Escoceses aventajarían a los meros Maestros de logia, pues se les encomendó la misión de inspeccionar los trabajos de las logias y restablecer el orden en caso necesario.
Esta misión se convertirá después en el privilegio de los que ostentan el grado de Maestro Escocés de San Andrés o de Caballero Rosa Cruz en el Rito Escocés Rectificado o en el Rito de Memphis-Misraïm, los cuales mantuvieron este uso antiquísimo. Del Rito de Memphis (fusionado desde 1908 con el de Misraïm), decir que se constituyó en Francia en el siglo XIX, tras la expedición de Napoleón a Egipto, en la que participaron varios científicos masones. Su fundador, Marconis de Négre, sostenía que los templarios, antepasados directos de la masonería, habían recibido su doctrina esotérica de una hermandad oriental fundada por “un sabio egipcio de nombre Ormus, sacerdote de Memphis, convertido al cristianismo por san Marcos”. Este Rito no sólo se le supondría continuación de los misterios egipcios, sino también de la India.
En 1772 se disolvió en Francia la Gran Logia, fundándose posteriormente el Gran Oriente de Francés, el cual no aceptó más que los tres grados simbólicos del Rito Inglés, a los que denominó Rito Francés. En cuanto a la joya masónica emblemática del grado de Maestro Escocés de San Andrés, dejó de ser la misma una vez integrado en el nuevo Rito Francés que suplantó al Rito Escocés Primitivo, el cual había sido llevado a Francia por las logias militares estuardistas. Mucho más esotérico es el que adoptará en 1778 en el Convento de Lyon, constitutivo del Rito Escocés Rectificado: “En el anverso, una corona real sobre la que figura la Cruz paté encerrada en un Sello de Salomón (estrella de seis puntas) flamígero.
En el centro, la letra mayúscula H, entre el compás, la escuadra, el nivel y la plomada. En el reverso representa a san Andrés en su Cruz en forma de X. La letra H puede significar Hiram o Heredom, la ciudad mística de la masonería escocesa”. Sobre el Rito Escocés Rectificado, quizá una de las últimas manifestaciones del templarismo masónico, cabe decir que tiene su origen en la Estricta Observancia Templaria del barón Karl Von Hund, gran señor de Lipse, tras la que al parecer se encontraría la tradición del Caballero d´Aumont que huyera a Escocia en los tiempos de la persecución. Esta tradición, de hecho, tuvo especial acogida en la masonería alemana.
En el denominado Capítulo de Clermont, que se practicó en Alemania entre 1758 y 1764, y era antecedente directo de la Estricta Observancia Templaria (E.O.T), se proponía ya dos altos grados de carácter esotérico: Caballero de San Andrés del Cardo y Caballero de Dios y de su Templo.
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