BLOG PRINCIPAL

Buscar este blog

jueves, 6 de noviembre de 2008

INICIACIÓN Y RAZÓN

INICIACIÓN Y RAZÓN

Marcos Mateo

Muchos de nosotros nos sor­prenderíamos si alguien nos dijera que a lo largo de nuestra vida, hemos cometido involuntariamente actos de iniciación, ya que lo iniciá­tico se considera habitualmente como parte, bien del mundo de la ciencia —y como tal, analizado y estudiado por historiadores, etnólo­gos o antropólogos— o bien del ámbito de las sociedades e iglesias que prometen, a cambio, otro mundo mejor a sus adeptos.

Es cierto que la iniciación existe desde que los hombres empezaron a organizarse en sociedad, y precisa­mente para lograr una mejor adap­tación social y religiosa del miembro iniciado, adquiriendo en la mayoría de las ocasiones la condición plena de miembro de la sociedad que lo iniciaba.

Sin embargo, la «iniciación» se da, de modo espontáneo, a veces voluntario y racionalmente asumido o provocado, en toda vida humana que se plantee su propia autentici­dad, tomando conciencia de sus pro­pias crisis, pruebas, angustias, pér­didas y reconquistas sucesivas del propio «yo», y muy a menudo de modo tal y como muchas sociedades iniciáticas plantean sus ritos,

<> una muerte con resurrección inmediata en distintas condiciones. Y esto sucede, porque en momentos de crisis total del individuo sólo una esperanza parece capaz de salvar­nos: la expectativa de poder empezar de nuevo.

Este deseo inconsciente o semi­consciente, lleva a la voluntad de tomar parte en determinadas «prue­bas» de regeneración, al uso de los antiguos héroes de las leyendas —que por otra parte no hacen más que retomar simbólicamente los grandes temas de los gestos creado­res o regeneradores de los dioses míticos— y que consiguen

No hay comentarios: