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jueves, 12 de febrero de 2009

El Camino a la Eternidad

El Camino a la Eternidad
Moment of Christ - The Path of Meditation -
John Main,OSB

Te recomendamos la música
de la Comunidad de Taizé
antes de meditar. Localiza
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Una de las preguntas que enfrentamos los meditadores es: "¿Porqué meditamos?"
Supongo que ninguno de nosotros meditaríamos si no hubiéramos pensado que la
vida no es solo producir o consumir. Sabemos que no podremos encontrar algo
permanente o significativo que vaya mas allá del producir o consumir. Entonces
buscamos lo duradero, el significado último. Llegamos a la meditación porque un
instinto interno nos dice que no lograremos encontrar la satisfacción de consumir o
producir ni tampoco podremos encontrar esa satisfacción fuera de nosotros
mismos. Debemos comenzar con nosotros mismos.


En nuestra sociedad mucha gente enfrenta los problemas del ser, de la vida, de lo
que esta significa y busca refugio en la inconsciencia o en olvido. Se puede
sintetizar con esta frase: “Estar mentalmente drogado”. Marx, una de las
influencias más formativas de nuestra sociedad veía la religión como el opio de los
pueblos. De cierta forma podemos volcarnos a la religión como una forma de
anestesia para confrontar o colocarnos en un estado de inconsciencia. Pero la
meditación cristiana nada tiene que ver con la anestesia. La meditación es el
camino a la iluminación, hacia la luz y hacia la vida. El mensaje de Cristo es de
vitalidad y de iluminación. Y el camino para ello es un camino de sencillez, de no
distraernos por todo aquello que pasa, sino que cada vez nos comprometemos más
con lo que es duradero y eterno.

Nuestro propio espíritu es duradero. Nuestro propio espíritu es eterno en Dios. Esto
está bien como reflexión intelectual o religiosa, incluso, como convicción religiosa.
Pero el llamado del Cristianismo es un llamado auténtico de una verdadera doctrina
espiritual – abrirte a tu espíritu eterno, abrirte a estar arraigado en lo Eterno.
Empieza a hacer camino, empieza tu peregrinaje a la luz, a la plenitud del
significado. Entonces, cuál es el camino?

Es un camino de pobreza y de simplicidad, porque el camino a la plenitud del
conocimiento es el camino de des-aprender. Permíteme recordarte cómo es el
camino de la meditación: Primero siéntate y permanece quieto. Cierra tus ojos y
comienza a repetir tu palabra, ´Maranatha¨. Recita tu palabra con toda atención,
pero relajadamente, repítela con toda lealtad pero serenamente en cuatro sílabas
igualmente acentuadas: ´Ma-ra-na-tha´.

Repetimos esta palabra porque estamos haciendo un peregrinaje más allá de
nosotros mismos, más allá de nuestras limitaciones. Para poder ir más allá de
nosotros mismos debemos trascender nuestra imaginación, y la palabra es el
camino, el vehículo que nos lleva hacia delante. El reto de la meditación es el poder
tomar la disciplina de repetir la palabra y al continuar diciéndola aprendemos a ser
pacientes, aprendemos a esperar y
al movernos hacia delante, llegamos a nuestro centro. El camino a la riqueza
duradera es un camino de pobreza. El camino a la iluminación es por la oscuridad.
Debemos pasar por esto con una mayor disciplina y con una mayor lealtad.

Pero debemos comprender esto – es un camino sencillo. Es integralmente sencillo.
Es un camino seguro. Lo único que se requiere es el retornar diario a ello – sin
exigencias ni sin medidas de éxito materialistas. Simplemente la fidelidad, la simple
pobreza de espíritu. Cada mañana y cada noche dedicas tu tiempo no a aquello que
pasa, sino a lo que perdura: tu espíritu vivo y lleno de la luz de Dios. Tenemos un
llamado maravilloso. Escucha como lo describe San Pablo a los Tesalonicenses:

“Pero nosotros debemos dar incesantes gracias a Dios por vosotros, hermanos
amados del Señor, a quiénes Dios ha elegido desde el principio para haceros salvos
por la santificación del Espíritu y la fe verdadera. A ésta precisamente os llamo por
medio de nuestro evangelio, para que alcanzaseis la gloria de nuestro Señor
Jesucristo”.

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